La fiesta según Gadamer

La fiesta según Gadamer

En “La actualidad de lo bello” el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer sostiene que las fiestas y las obras de arte tienen una estructura semejante.

En “La actualidad de lo bello” el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer sostiene que las fiestas y las obras de arte tienen una estructura semejante.

1. La fiesta se repite, como la navidad o el año nuevo se repiten año a año. La fiesta regresa sin ser nunca idéntica, nunca se celebra igual, pero sigue siendo la misma. Las fiestas se celebran y esto implica el presente, cada fiesta celebrada acontece en el presente de una manera única. De la misma manera, podemos ir a contemplar una obra reiteradas veces, pero la experiencia siempre es única.

2. La fiesta excede al sujeto, se da con pero más allá de éste.  El celebrante participa de y en la fiesta. Lo mismo sucede con el espectador y la obra de arte. Ni el receptor ni el que celebra la fiesta determina por entero la obra de arte o la fiesta, dado que estas en están ahí con un sentido propio y los participante son arrastrados, absorbidos por la fiesta.

3. La temporalidad de la obra de arte se configura a partir de la participación. Esto es lo que llama simultaneidad en el sentido de que algo se nos hace presente. La obra de arte es algo pasado que se nos hace presente a través de la representación. Simultaneidad quiere decir actualidad. Actualizamos la obra en el presente. Actualizar quiere decir hacerla hablar, hacerla inteligible para nosotros. Del mismo modo todos los años actualizamos las fiestas.

4. La fiesta supone una comunidad. La fiesta es congregación, reunión, es siempre para todos, siempre incluyente. De la misma manera, la obra es más bien la representación de un mundo común que nos reúne y nos congrega a todos.

5. Celebrar una fiesta significa estar siempre y en todo momento ahí. No hay ninguna otra cosa que hacer. No es una serie de momentos sucesivos y mensurables con el tiempo del reloj. Gadamer distingue entre el “tiempo mensurable”, vacío y por lo tanto susceptible a ser llenado, el tiempo “para algo”, y el tiempo el “tiempo propio”, el tiempo del arte y de la fiesta. La obra y las fiestas invitan a demorarnos en ellas frente a la vertiginosidad de todos los días. En la fiesta se paraliza el carácter calculador con el que normalmente dispone uno de su tiempo.

 

En “La actualidad de lo bello” el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer sostiene que las fiestas y las obras de arte tienen una estructura semejante.

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