Nadie duda de la belleza del David de Miguel Ángel o la solemnidad del Partenón. Cuando uno va a un museo de arte contemporaneo se encuentra, en cambio, cosas muy diversas, que raras veces podemos decir que son "bellas". ¿Tiene la belleza que ver con el arte necesariamente? ¿Ha desaparecido el arte contempornaeo la belleza?
Arthur Coleman Danto (nacido en Ann Arbor, Míchigan, el 1 de enero de 1924 y fallecido el 25 de octubre de 2013) fue un destacado filósofo estadounidense, reconocido por sus contribuciones en la filosofía del arte del siglo xx, y también conocido como un crítico de arte. Danto consideraba las lecturas sobre estética fascinantes, aunque las veía como algo distante de la realidad del arte contemporáneo en la bulliciosa escena neoyorquina. En sus propias palabras, “para mí la belleza no formaba parte del concepto de arte”, como expresa en las primeras páginas de su libro. Sin embargo, a medida que avanza su pensamiento, se reconcilia con la idea de la belleza, o más bien, estratégicamente restaura su relevancia en el vibrante escenario artístico de la época.
En 1993 tuvo lugar la Bienal Whitney que coincidió con el máximo episodio de politización del arte americano, una bienal que parecía reducir el arte a un puro documento. “Había poca belleza en la muestra –escribe– Fue como un congreso de moralizadores predicando
en las esquinas de las calles”. Además la Bienal habría fomentado un nuevo modelo de “museo cultural” (un museo como institución dedicada al conocimiento) donde ya nadie iba a apreciar el arte en tanto que arte sino sólo a recibir información.
“La aniquilación de la belleza nos dejaría en un mundo insoportable de la misma manera que la aniquilación de lo bueno nos dejaría en un mundo en el que la vida humana sería inhabitable”, sostenía Danto.
Pero, ¿cómo entender la belleza en el arte contemporáneo? Más que una belleza externa y formal, Danto habla de una belleza interna, siguiendo a Hegel. La belleza interna para Danto se refiere a la belleza de un objeto inherente al significado de la obra, unida más a un pensamiento que a un sentimiento. Es decir, se trata de una belleza que no depende de la apariencia física del objeto, sino de su significado y su relación con el pensamiento
Danto cita el caso del Vietnam Veterans' Memorial (1982), una obra de arte público situada en Washington D.C. que fue muy polémica en los años ochenta debido a su diseño minimalista y su falta de elementos decorativos tradicionales, como estatuas o monumentos. Su belleza no radica en su apariencia física, sino en los sentimientos que provoca.
Basado en el texto de Guasch "El retorno de la belleza según Arthur Danto"