El poder de las imágenes

El poder de las imágenes

En el último tiempo muchos teóricos e historiadores del arte comenzaron a entender a las imágenes como entes dotados de agencia e intencionalidad. El historiador del arte alemán Horst Bredekamp sostiene que las imágenes son agentes en tanto que producen ciertos efectos sobre sus espectadores.

En el último tiempo muchos teóricos e historiadores del arte comenzaron a entender a las imágenes como entes dotados de agencia e intencionalidad. El historiador del arte alemán Horst Bredekamp sostiene que las imágenes son agentes en tanto que producen ciertos efectos sobre sus espectadores. “Las imágenes se consideran actores vivos”.

Bredekamp retoma la idea de Henri Lefebvre de que la imagen es un acto. La imagen es un objeto que puede actuar autónomamente. Esto es lo que llamará acto icónico. La imagen para Bredekamp tiene una fuerza propia capaz de producir ciertos efectos sobre el pensamiento, el comportamiento y el sentir de sus espectadores.

Uno de los ejemplos propuestos es el Guernica de Pablo Picasso. Bredekamp rememora cuando el 5 de febrero de 2003 en el edificio de Naciones Unidas en Nueva York se cubrió la imagen del Guernica con un manto azul para que Colin Powell, jefe del Estado Mayor de George Bush, anunciara que enviaría aviones a Irak. En este modo de accionar, que no es otra cosa que un intento de defenderse, es posible apreciar el poder de la imagen. La necesidad de ocultar la obra de Picasso evidencia la fuerza de la imagen y sus efectos, que buscan evitarse.

William J. T. Mitchell, quien también entiende que las imágenes son “algo parecido a una cosa animada y viva, un objeto con sentimientos, intenciones, deseos y agencia”. Para el intelectual estadounidense las imágenes son como organismos vivos en tanto que tienen deseos, apetitos, demandas, impulsos. De aquí su famosa pregunta: ¿qué quieren las imágenes?

Una de las más claras evidencias de la agencia de las imágenes es el fenómeno de la iconoclasia. Piénsese, por ejemplo, en el derribo de las esculturas de Sadam Hussein tras la victoria de Estados Unidos en Bagdad en el 2003. ¿Qué sentido tiene “ofender” una imagen? Aquí se ven los efectos que producen las imágenes: ciertas personas ante ellas se sienten ofendidas y por ello decide vandalizarlas, destruirlas o dañarlas.

Ahora bien, ¿cómo puede una imagen tener agencia? ¿puede un artefacto poseer intencionalidad? ¿no esto una mera antropomorfización? Las críticas a la Bildwissenschaft y a los Visual Studies se concentrarán en este aspecto: la idea de una agencia de la imagen parece ser más que una teoría científica seria, una proyección mágica o animista. Hanno Rauterberg llega a caracterizar al “giro icónico” como un “giro místico”.

¿Estamos, entonces, ante teorías místicas, animistas, mágicas? Los dos autores mencionados dejan en claro que no se refieren a un esencialismo mágico de las imágenes. La imagen solo cobra vida ante un espectador. Es decir, la fuerza latente de la imagen solo puede liberarse gracias a una mirada humana

 

En el último tiempo muchos teóricos e historiadores del arte comenzaron a entender a las imágenes como entes dotados de agencia e intencionalidad. El historiador del arte alemán Horst Bredekamp sostiene que las imágenes son agentes en tanto que producen ciertos efectos sobre sus espectadores.

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